
Ingredientes porción 6
Harina de trigo 1,5 tazas
Margarina 100 g
Agua 100 ml
Espinacas congeladas 250 g
Calabacín 200 g
Huevo de gallina 3 piezas
Crema 20% 150ml
Aceite de oliva 1 cucharada sopera
Pimienta blanca molida al gusto
Albahaca al gusto
Sal al gusto
Queso duro 50g
Instrucciones de cocción 30 minutos
1 Preparar la masa: Picar la margarina fría con un cuchillo, añadir la harina y amasar con las manos hasta obtener una consistencia desmenuzable. Vierte el agua (debe estar muy, muy fría). Si no tiene suficiente agua, añada un poco más. La masa debe quedar lisa y no pegarse a las manos. Envolver en film transparente y meter en el frigorífico durante 1 hora.
2 Hacer el relleno: Calentar el aceite de oliva en una sartén grande, añadir las espinacas congeladas. Cubrir con una tapa y cocer a fuego lento.
3 Cortar el calabacín en trozos pequeños. Añadir a las espinacas. Rehogar unos 10 minutos, sazonar con sal, especias y hierbas al gusto.
4 Batir los huevos con la nata y salar. Mezclar con las verduras guisadas (se puede hacer en la misma sartén del guiso).
5 Precalentar el horno a 180 grados.
6 Extienda la masa enfriada con un rodillo hasta obtener un grosor de unos 0,5 mm. Engrasar una fuente de horno engrasada y disponer la masa de forma que quede un borde de unos 4 cm de altura.
7 Colocar el relleno en el molde.
8 Hornear durante una hora aproximadamente. En cuanto vea que la corteza empieza a dorarse, espolvoree por encima el queso rallado y suba el fuego. Al cabo de unos 15 minutos estará listo (en caso de duda, pincha el pastel con un cuchillo. Si el relleno se ha cuajado, se puede sacar).
Consejo sobre la receta Algunas personas recomiendan hornear la masa durante 15 minutos antes de colocar el relleno sobre la masa extendida, de lo contrario no se horneará bien. Mi experiencia me ha demostrado que la masa sí se cuece, y hornearlo todo por separado es una molestia extra.